La comunicación es una herramienta necesaria tanto para grandes como para las pequeñas empresas. En la actualidad la empresa que no comunica no existe. Cuando queremos saber de un producto, empresa, servicio, de forma casi inmediata intentamos conseguir información a través de Internet, ya sea mediante Google o las redes sociales. Por lo tanto, suele ser tan importante lo que nosotros digamos de nuestra empresa como lo que digan los otros. Así que definir el desarrollo de nuestra comunicación para que la información que obtiene nuestro público sea positiva, eficiente y coherente, es una tarea que se puede llevar a cabo a través de la realización de un plan estratégico de comunicación.
Hasta hace unos años sólo las grandes corporaciones contaban con planes de comunicación anuales o bianuales que llevaban a cabo sus equipos de comunicación. En la actualidad, tener un plan de comunicación ya no es cuestión del tamaño de la empresa, sino de la consciencia de sus dirigentes de que la comunicación es un valor añadido para la empresa que no hay que descuidar.
De esta manera, la realización de un plan de comunicación no es otra cosa que establecer una hoja de ruta de las acciones de comunicación que vamos a implementar durante un determinado tiempo cumpliendo unos objetivos concretos. En primer lugar, toda empresa debe determinar cuál es su público objetivo, ya que esto determinará qué herramientas de comunicación tenemos que utilizar y cuales son los tipos de mensajes más apropiados. También en nuestro plan de comunicación se debe de recoger los objetivos que deben ir acordes con los objetivos de negocio de la empresa. Y a partir de la determinación del público y los objetivos solo nos faltaría determinar cuál van a ser las acciones de comunicación a llevar a cabo.
Para finalizar, los planes de comunicación deben determinar qué herramientas de medición serán las más apropiadas para definir con posterioridad la efectividad de cada una de las acciones programadas.