El grupo de gibones de manos blancas (Hylobates lar) que habita en el parque de naturaleza y animales Terra Natura Benidorm se amplía y consolida con el cuarto nacimiento de la especie en estas instalaciones, dedicadas a la conservación y divulgación de la biodiversidad. Se trata de una especie que está incluida en el anexo I de la CITES (La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) por su especial vulnerabilidad.
Los gibones de manos blancas también forman parte del programa de protección desarrollado por la EAZA, denominado Stud book. Las condiciones ambientales y el óptimo grado de bienestar de este grupo de animales ha propiciado la llegada ahora de este cuarto nacimiento, desde que en el año 2011 se consiguiera el primer nacimiento de la especie en Terra Natura Benidorm con una cría llamada Pau.
La relación entre la nueva cría y su madre Amy es muy buena. Al ser una madre experimentada cuida de su cría con celo y no se separa de ella ni un solo instante. Al nacer, la cría de gibón ha pesado unos 300 gramos y ha medido cerca de 20 centímetros. Debido a su instinto reflejo se agarra al cuerpo de su madre, gracias a los largos brazos que caracterizan a este primate. Así cuando Amy se desplaza por los árboles de su instalación la cría permanece perfectamente aferrada a ella, disfrutando del calor materno y de la leche materna que le proporciona cuando tiene hambre.
Dentro de unas semanas, la cría comenzará a valerse por sí misma. En ese momento, su madre empezará a compartir sus cuidados con el resto de miembros del grupo familiar, formado actualmente por el padre Shantou y sus hermanos mayores Pau, Cao y Tail. Al cooperar en los cuidados de la nueva cría se estrechan los vínculos afectivos de los miembros del grupo con el nuevo integrante del mismo.
En el mes de mayo se efectuó una ecografía al detectar los cuidadores un aumento de peso inusual y un cambio en el carácter de Amy. La prueba determinó que la hembra estaba embarazada. Desde entonces, ha sido monitorizada de manera estrecha para asegurar que la evolución de la gestación de unos seis meses era correcta.
Entre las principales amenazas de los gibones de manos blancas se encuentra la deforestación masiva e indiscriminada de los bosques de su hábitat natural y también la caza furtiva, que afectan al equilibrio de sus poblaciones en estado silvestre. Esta especie se caracteriza por formar grupos familiares estables y la pareja de progenitores es monógama, perdurando toda la vida juntos. Se trata de una especie territorial que utiliza los gritos agudos que emiten para defender su territorio.